Con los deberes hechos

«No hay mayor negocio que vender a gente desesperada un producto que asegura eliminar la desesperación» 

(Aldous Huxley) 

Saturno no ha mirado nunca el cielo nocturno. No le interesa. No sabe, ni quiere saber, que lleva el nombre del sexto planeta del sistema solar, el único con un sistema de anillos visible desde la Tierra. Tampoco le interesan la mitología ni el arte, así que no conoce dos de las obras más dramáticas de Goya y de Rubens.

En realidad, no le interesa nada que no sean el programa de televisión y los libros de autoayuda de Choi Yoon-Hee, con los que se ha convencido de que por fin «él puede ser feliz».

Saturno es un alto directivo de Samsung y vivía sumergido en una permanente frustración hasta que lo trasladaron a Seúl. Una noche de sofá y exceso de cerveza, se puso a hacer zapping y descubrió el programa de Choi Yoon Hee. Al día siguiente se compró uno de sus libros, «felicidad y esperanza»

Se dio cuenta de que el problema era él: se imponía metas inalcanzables, no se sentía en paz, no estaba bien consigo mismo ni con el entorno, y no recordaba sensaciones como estar satisfecho o alegre.

Tenía que ayudarse a sí mismo, pero necesitaba la guía de Choi Yoon Hee. Una mujer increíble, con una sonrisa espectacular y una mirada que irradiaba felicidad. Saturno se dio cuenta de que ella le hablaba a él, y solo a él, a través de la pantalla y las palabras de sus libros. Estaba llamado a recorrer su propio camino de la mano de ella. 

Saturno comenzó a pensar en positivo, confiar en su voz interior, encontrarse a sí mismo, seguir sus sueños, vivir el momento y ser el más odiado de la oficina.

No se sentía feliz, pero sabía que el proceso era largo y lleno de obstáculos.

Sobre todo, porque le costaba mucho cuestionarse a sí mismo, asumiendo que era creador y responsable, no solo de su estado de ánimo, sino también de mucho de lo que le ocurría. 

Hoy Saturno se ha levantado a las siete, ha hecho estiramientos, se ha sonreído en el espejo siete veces, se ha dado una ducha saludable alternando agua fría y caliente siete veces, se ha vestido mientras decía siete veces «no eres una persona frustrada, estás en plena fase de crecimiento personal, es un proyecto alcanzable, dejarás de ser un individuo inacabado», y se ha sentado a tomar un desayuno equilibrado frente al portátil en la mesa alta de su cocina minimalista, mientras se pone al día con la actualidad. 

La noticia del día era el suicidio de Choi Yoon Hee. Se había ahorcado en una habitación de hotel junto a su marido.

El impacto que ha sufrido Saturno no es medible en ninguna escala. Se ha puesto de pie, derramando parte de su desayuno alto en fibra, llevándose las manos al pecho. No ha tardado en refugiarse en uno de sus preciados libros, donde ha encontrado la respuesta: Choi Yoon-Hee se ha marchado feliz y por la puerta grande. El suicidio solo ha sido una muestra de grandeza, una forma sublime de partir con los deberes hechos. Siguiente tarea mental para Saturno: pensar en cómo suicidarse cuando alcance la felicidad. 

«La mayoría de las personas que ansían la libertad no quieren renunciar a sus cadenas»

(Khalil Gibran) 

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