Diferentes

Me comentaba mi amigo Carlos Lanzón el pasado mes de Octubre, cuando las nuevas olas amenazaban con formarse pero el buen clima nos daba cierta apariencia de normalidad, que el título que pusimos al Podcast adquiría más valor todavía desde la llegada del maldito virus. Ciertamente, el futuro era mejor.

Creo que no dramatizo cuando digo que estamos todos muy cansados. Miro a mi alrededor y veo a la gente más ansiosa que en otros momentos. Lo noté cuando se cumplió un año, así me lo contaba mi amigo Fierita y yo coincido con él. Muchos, al ver que en el primer aniversario del estado de alarma todavía no estábamos en esa ansiada antigua normalidad se desmoralizaron.

Los que solemos ver el vaso medio lleno también nos desesperamos cuando notamos que, pese a que han empezado a vacunar masivamente, aún queda bastante para vivir como hace un año y medio. Quizás suceda por que el viaje se hace más largo cuando más cerca estás de la meta. Los últimos kilómetros de un trayecto en coche se hacen eternos. Y en esas estamos.

El Gobierno de España, en un intento por animarnos, sospecho, lanzó el siguiente Slogan hace unos meses: De esta salimos más fuertes.

Yo, la verdad, lo dudo, pero creo que da bastante igual. No es la fortaleza algo que me apetezca hoy resaltar sino la fragilidad.

Lo que sí tengo claro es lo siguiente.

No conozco a nadie que vaya a salir indemne de esta experiencia. No sé si saldremos mejores o peores, de lo que estoy convencido es de que saldremos todos diferentes. Todo el mundo ha sentido miedo este año en algún momento. Ojalá fuéramos conscientes de lo común que es sentirnos frágiles y angustiados. Si nos permitiéramos mostrar nuestra debilidad más a menudo nos daríamos cuenta que todo el mundo experimenta cosas parecidas.

No existe persona a la que esto le haya dado igual. No existe ese ser. Me da igual que alguno diga que es inmune a esto, no le creo.

Es algo que le he repetido a muchos amigos que se caracterizan por ver el vaso medio vacío y, cómo ocurre con todos los temas relacionados con la salud mental, vivían esa situación estresante con cierta culpabilidad. Insisto. Nadie lo ha pasado bien. A nadie le ha resbalado la situación mundial. Creo que todo el mundo ha sufrido ansiedad este año en algún momento.

Yo sospecho en que en breve volveremos a una normalidad tan parecida a la que recodábamos que pronto olvidaremos tanta angustia. El ser humano es así. Cuando estuve 4 meses sin caminar contaba cada día y extrañaba pisar como jamás pensé que se podría echar de menos algo. Por supuesto, a la semana de volver a andar ya no celebraba cada paso.

No voy a lamentar que seamos así, es parte de nuestra condición humana y esa capacidad para trascender lo negativo nos permite seguir avanzando y soportar nuestra realidad. Sólo expreso que me encantaría que recordáramos que en estos años de convivencia con el Covid 19 todos hemos pasado miedo, todos hemos sufrido en algún grado y ninguno ha sido indiferente a tanta incertidumbre.

Repito. De esta no sé si salimos mejores, pero sí estoy seguro que salimos diferentes. Y no tiene porque ser malo.

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