Mi compañera Águeda se reencontraba el otro día con Julia Roberts en un post precioso. Ese mismo día yo me desperté tarareando “Con un poco de azúcar”, canción que pertenece a la banda sonora de Mary Poppins. Guardo una relación muy estrecha con esta película, llena de simbologías y momentos extraordinarios en el proceso anterior al rodaje final.
“Me he despertado tarareando Mary Poppins”
La película “Saving Mrs. Banks” es un relato extraordinario con Tom Hanks en el papel de Walt Disney, tratando de convencer a la escritora P.L. Travers para que le cediera los derechos de los libros para poder rodar la película. Tardó 20 años en convencerla y solo un momento de flaqueza económica de la escritora le permitió acceder a ella para finalmente convencerla. Las hijas de Walt Disney le habían pedido que hiciera real a la niñera y Walt Disney se lo había prometido. 20 años tardó en cumplir la promesa.
“Walt Disney tardó 20 años en convencer a la escritora para rodar la película”
De Disney me gusta todo. Pero hay una cosa que me llama la atención de sus historias, la atemporalidad. Disney se adapta a los cambios tecnológicos, los utiliza para crear y para contar las historias. Cada vez las producciones son más espectaculares y cada vez los efectos especiales, las animaciones y todo es mucho más impactante. O al menos así lo parece. En cualquier caso, Disney sabe vivir el tiempo que le toca y se adapta. Y lo usa a favor de las historias.
Pero las historias, como las emociones, como algunos valores, son atemporales. Eso sigue intacto para Disney. En cambio, muchas de las películas que he visto en el cine actualmente se pierden en la tecnología de tal manera que cuando acaba la película muchas veces no sé qué han contado ni qué han querido transmitir. Me voy a casa con la cabeza repleta de efectos pero sin ningún tipo de sentimiento. Noto cuando una película me ha contado algo porque me quedo atrapado en la butaca del cine hasta que han terminado todos los créditos. Eso no pasa cuando vas a ver una película actual.
“Disney utiliza la tecnología a favor de las historias”
Llego agotado a los créditos con tanta luz y tanto efecto. Y me quiero ir a casa. Por supuesto que hay cine bueno con historias, también voy a verlo. Estoy hablando del cine de masas. Y Disney lo es. Es el claro ejemplo de que la tecnología y las emociones pueden ir de la misma mano.