¡Felicidades, Sofía Kovalévskaya!

¿Nunca habéis felicitado un cumpleaños al límite? Seguro que sí. Hay gente que se lo toma muy mal, porque desde las 0:00 del día D está mirando su móvil a ver cuántas llamadas, mensajes o publicaciones en Facebook tiene, otros, se lo toman mejor.

Mi ex siempre decía que los cumpleaños a partir de los 40 tienen el tiempo de felicitación de una novena. Las felicitaciones son válidas desde los 9 días anteriores al cumpleaños. Y también durante los 9 posteriores para que sea simétrico.

No es nuestro caso (nuestro de nosotras, aunque parezca que yo soy una sola persona, hablo por tres), ya que vamos a felicitar a Sofia Kovalévskaya en su día aunque sean más de las 8 de la tarde

¡Qué importan unas horas arriba o abajo cuando cumples 172 años!

¿Y por qué nos hemos acordado de Sofía? (Dudaba entre poner su nombre con o sin tilde por aquello de que era rusa y luego he pensado que mejor con tilde porque realmente ella era Софья Васильевна Корвин)

Os cuento:

Hoy Águeda, Pepa y yo nos hemos tomado un té virtual, que en mi caso ha sido un café del Starbucks con un trozo de bizcocho de limón, y hemos hablado de un montón de cosas. Hemos hablado de mundos imaginarios, de miedos infantiles y adultos, de dibujos, del 11F, de escaparates y de bolas en las que cabe mucho talento.

Hemos escuchado “Filtro Valencia” de Ginebras, nos hemos prometido un concierto para el que no quedan entradas y también hemos hablado de la tristeza y de la nostalgia.

En este último apartado, relataba yo como a raíz de un encuentro por el vigesimoquinto aniversario de mi curso de 1º de BUP, apareció un poema matemático que escribí en plan de broma y con alguna palabra inventada en alguna clase entre 1º y 3º, es decir, entre 1988 y 1990. Y como sabía dónde estaba se lo he leído.

Águeda ha dicho que le recordaba mucho a Sofía, y Pepa ha apuntado que hoy era su cumpleaños, así que hemos decidido escribir esto y dedicarle mi poema.

Para saber más de ella os remito a su wikipedia, pero me han contado que para proteger su habitación del frío la empapelaron con las hojas de unas notas de cálculo diferencial e integral que provenían de los años de universidad de su padre, y que tuvo que casarse mediante un matrimonio de conveniencia para poder entrar a la universidad. También que demostró matemáticamente la forma y composición de los anillos de Saturno.

La ilustración forma parte de una exposición que nunca se llegó a celebrar por culpa de la pandemia, también forma parte de un juego del que Águeda nos habló en su artículo “8 mujeres, 8 talentos, 8 científicas e inventoras” que os recomiendo que leáis ya que tenéis el link para descargar algunas piezas y también para comprar el juego además de mucha información.

Sofía, mi poema hoy es para ti. ¡Feliz cumpleaños!

Tu cara de logaritmo,
de “el mundo me da lo mismo”,
y tus ojos neperianos que recuerdan a marcianos,
tu nariz tiende a infinito
como aquella sucesión de la segunda lección.
La función de tus orejas hacen de alfa y de beta
un épsilon dependiente de los entornos siguientes:
acotada divergente, decreciente, convergente,
marachupil, oscilante,
y un montón de cualidades que veo constantemente.
Para toda sucesión, Sonia molas un montón.

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