Hoy es 20 de Diciembre y según el calendario de Naciones Unidas es el Día internacional de la Solidaridad Humana. Desde Efem nos molan las efemérides y le vamos a prestar atención a muchas de ellas.
En estos tiempos en los que todo el mundo compite por nuestra atención, creo que eso nos va quedando claro, y ya sabemos que hoy una consola de videojuegos, una web, una aplicación de música o una plataforma de contenido audiovisual ya no son entes independientes que solo coexisten si no que luchan ferozmente entre ellos para lograr que les destinemos el mayor tiempo posible, hemos de aceptar que la solidaridad no es una excepción.
El mundo es injusto y eso genera, a veces, oportunidades. Me explico.
Cualquier ser humano con una mínima sensibilidad es susceptible de empatizar con infinitas causas e injusticias mundiales que merecerían más atención y presupuesto.
Pero, eso, que precisamente podría ser una de las mayores ventajas también es uno de los principales inconvenientes para lograr adeptos. ¿Por qué? Pues porque es imposible atenderlas a todas y eso genera una decepción de partida que puede hacer que la desesperanza te contagie. Cómo no puedo ayudar a todas no ayudo a ninguna.
Por otro lado, los antiguos métodos generan mucho hastío como ciudadano. Al menos a mí me ocurre. Es decir, yo soy de los que finge que habla por teléfono cuando le intenta detener algún amable joven con carpeta de ONG en mitad de la calle, y soy de los que se queda quieto como un ninja para que no noten que estoy en casa cuando esas mismas personas tocan el timbre de mi casa.
Sin embargo, al igual que hemos asistido a muchas micro revoluciones en nuestros hábitos de vida, parece lógico que en este campo también hayan sucedido.
Desde hace unos años una página capitaliza gran parte de nuestra atención diaria y se ha convertido en una herramienta a la que muchos nos hemos acostumbrado. Estoy hablando de Change.org.
¿Quien no ha apoyado alguna causa con un solo clic? Es tan difícil resistirse. Seguramente alguien podrá o sabrá, pero yo he de reconocer que muchas veces soy incapaz.
Cuando descubrí la plataforma mi espíritu jurídico recordó la figura de la iniciativa legislativa popular, y pensé que en realidad hacerlo virtual iba a resultar un facilitador total para muchas causas.
Buscando referencias por ahí he encontrado este interesante artículo de Xataka escrito por Sergio Ferrer estudiando su modelo de negocio. https://www.xataka.com/servicios/change-org-asi-funciona-gran-negocio-activismo-online
Os recomiendo que le echéis un ojo porque vais a aprender bastante. Yo, al menos, lo he hecho.
Mi cerebro vuela y no puede evitar preguntarse si en breve veremos mendigos o sacerdotes en las iglesias con Bizum, pero al pensar en estos ejemplos caigo en que es muy fácil confundir Caridad con solidaridad, y eso sería un grave error.
Hay mil definiciones válidas para distinguirlas peo a mí hoy, para cerrar, me gustaría recordar esta.
“La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba, la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo”
Eduardo Galeano
Feliz día.