Iba a escribir hoy un artículo sobre las redes sociales pensando en ello como un tema tecnológico moderno, de presente, de futuro. En realidad, a medida que abría este documento me he dado cuenta de que estamos hablando de algo ya que empieza a formar parte del pasado. Es decir, para los jóvenes facebook es un asilo de ancianos, por ejemplo. Al cementerio voy a veces a visitar al Messenger, el Myspace y a los primeros emails que recibí en mi vida y que abría con la ilusión del enamorado.
“Para los jóvenes FACEBOOK es un asilo de ancianos”
En twitter, las peleas y los egos empiezan a sonar ya a bar de la esquina de abajo, a algo rutinario vintage. Entras en un bar y hay un tipo con un carajillo, como entras en twitter y la gente está tomándose una caña. Algo parecido pasa en Instagram y en tantas otras.
“Entras en twitter y la gente está tomándose una caña”
La pregunta que me viene a la cabeza entonces es ¿Cómo será el futuro de las relaciones personales? ¿Nos cansaremos al final de entrar en redes? No lo creo, el ser humano es lo que es y encontrará siempre canales para dar rienda suelta a sus fantasmas . Pero el bar, y las redes ya son lo de antes. ¿Qué está por venir?
¿Qué está por venir?
No tengo ni idea pero estoy seguro que debe haber por ahí algún tipo brillante en Oklahoma que ya tiene esto en su cabeza y lo está desarrollando. Solo tiene que ponerle un nombre nuevo y dotarlo de los instrumentos necesarios para que un individuo pueda sentirse cómodo relacionándose. Como aquel que en el bar a las 7 de la mañana está bebiendo solo.