Serán los años. Me niego a pensar que este es el signo de los tiempos, me obligo a creer que lo que ocurre es algo que , en mayor o menor medida, les ha ocurrido a todos cuando van cumpliendo los 40. Me refiero a que algunas amistades van cayendo.
Los amigos de los 20 años siguen estando, pero algunos van desapareciendo, poco a poco de tu vida. Para alguien como yo que ha hecho de la amistad un valor fundamental, quizás por no tener hermanos, no deja de vivirse como una derrota cada vez que soy consciente de que algún íntimo amigo de mi juventud ya es casi un extraño para mí. Me niego a asumirlo, pero debo ser honesto, y a veces sucede. Cada vez más.
El problema de la amistad en este nuestro siglo XXI radica, entre otras cosas, en que el epicentro de todo ya no es un bar sino el grupo de Whatsapp. Los grupos son el núcleo fundamental donde se concentra el día a día de las relaciones personales con un número acotado de personas. Y en ese contexto en el que no hay miradas, matices ni tonos, es en el que se desarrollan las relaciones.
En uno de mis grupos de colegas, uno de los más antiguos, un amigo, o quizás un antiguo amigo ya, manifestó su disconformidad por el tono de las bromas que allí se desarrollan. Memes o vídeos con tetas, bromas tontas sobre tías buenas a las que se trata de tontas, ese tipo de contenido idiota y casposo, y por que no reconocerlo, muy a menudo divertido, que abunda en los grupos de amigos masculinos. Bromas estúpidas que muchas veces comparto con mi mujer o con amigas, dicho sea de paso, las cuales contra atacan con chistes a la inversa. Pues bien, no solo manifestó su disconformidad, sino que tras ofenderse por un chiste machista de un meme que envié yo, abandonó el grupo porque estas prácticas, según sus propias palabras, no son inocuas e indican una complicidad con la discriminación que existe en la sociedad.
Primero pensé que la cultura de la cancelación estaba ya mutando a la esfera privada. Existe una tendencia neo puritana que pretende que todo aquello que no gusta, sea prohibido. Es interesante porque esta misma persona, primero pidió que montáramos un grupo sin él para poder seguir haciendo estos chistes. Me pareció super intolerante plantearlo y, honestamente, creo que no ha hecho mal yéndose del grupo si no le gustan estas bromas, es preferible eso a pretender que los demás cambien.
Después, reflexionando, pensé en cuanto se eleva el listón moral de ahora en adelante para esta persona en su vida. Si en cualquier cena o en cualquier ámbito observa una conducta que choque con sus principios deberá plantar batalla. No olvidemos que en este mundo no faltan causas nobles, y honestamente me parecerá bastante mal que no diga nada si alguien delante de él se come una hamburguesa con lo mucho que sufren los animales, por poner un ejemplo. Si esa persona es coherente, le espera un camino entretenido, arduo y complejo, en el futuro.
El problema es que pensando eso hallé la verdadera respuesta. Ojalá esto fuera de coherencia y no de posturas. Ojalá. Porque sería mucho más jodido. Pero apostaría casi todo lo que tengo a que no será así. Y no lo digo porque le conozca, vamos a hacer ver que no, sino porque en mi experiencia, quién más consejos morales da menos capacitado está para darlos.
Cuando alguien toma una postura así no me está transmitiendo coherencia moral o valentía, asumo que algunos sí lo verán así, sino falta de empatía para con sus amigos, en este caso, para conmigo. A esta persona le puede la ideología, la postura, al matiz o al contexto. Al final mi decepción pasa, no tanto por sentirme juzgado, sino por sentirme condenado por un amigo. Por suerte mi alivio es que a este tribunal le concedo la misma legitimidad moral que a un anti vacunas. Ninguna.
Lo malo de las Atalayas morales no son las ideas. Esas siempre se pueden debatir y uno puede ir mutando. Lo malo es el entusiasmo en exceso, las ganas de ser más mujer que una mujer, el éxtasis de la revelación. Al igual que le ocurría a los antiguos moriscos que necesitaban demostrar su fervor cristiano para evitar el exilio, los nuevos conversos morales necesitan exhibir su nueva pureza moral acorde a los tiempos.
Sin problemas, colega, haz lo que te venga mejor, pero que sepas que no cuela.