Una vez leí un Tweet maravilloso que no estoy sabiendo encontrar, decía algo así:
- E=mc2
- Bueno, esa es tu opinión
Creo que nada resume mejor los tiempos en los que vivimos. Nos creemos tan informados y con tal acceso al conocimiento que confundimos posibilidad con hecho. Es decir, yo por vivir cerca de una biblioteca no soy culto ni por ser vecino de una agencia de top models soy Julio Iglesias. Esto que debería ser de primero de idiota, me temo que no está tan claro para muchos.
Hay un tuitero del que soy muy fan y que colaboró en la primera temporada en uno de nuestros programas, se trata de https://twitter.com/jramonfernandez . Recuerdo que alguna vez ha comentado cómo en una discusión alguien le ha interpelado “Tú que sabrás de medicina”. A lo que ha respondido, “Bueno, señor, soy medico especialisa en pediatría. ¿Usted?”. Santa paciencia.
En el otro polo una chica me comentó una vez “Yo no creo en muchas cosas que nos dicen los gobiernos y la ciencia porque me han educado para tener un pensamiento crítico”. Creo que en esa confusión es donde radica el problema. Todos los que nos consideramos pensadores nos vanagloriamos de cuestionarnos la realidad, el problema es que en estos tiempos de auge de las fake news es muy sencillo considerarno expertos en lo que sea simplemente por leer un artículo o ver un video en Youtube.
Es más que nunca importante reconocer la autoridad de las fuentes y apostar fuerte por aquellos organismos que tengan legitimidad.
Hoy pienso en todo esto tras leer esta noticia. España va a hacer un registro para anotar a todos aquellos que rechacen la vacuna https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/12/21/5fe0a8edfdddff96098b4716.html
En otros páises, antes de la pandemia, ya se estaba empezando a castigar a aquellos padres que decidían no vacunar a sus hijos.
Me parece estupendo que el derecho a diferir sin ningún tipo de legitimidad no salga gratis.