Siempre Saludaba

“Siempre saludaba” es la torpe excusa que se pone cuando alguien pretende justificar que su vecino. al que acaban de detener por algún crimen terrible (¿Alguno no lo es?) no parecía para nada un criminal (¿Tienen algún rasgo particular los criminales?). Sea como sea, “Siempre saludaba” es la frase que utilizamos cómo símbolo para dar a entender cuánto desconocemos a nuestros congéneres.

Supongo que cuando descubres que tu compañero de edificio es un violador, un asesino o un mal tratador, te torturas a ti mismo pensando que quizás podrías haber hecho algo más, que quizás si hubieras prestado más atención habrías detectado alguna señal en su comportamiento que, tras alertarte, te hubiera permitido prestar más atención y, llegado el caso, evitar la tragedia con la que te has topado al descubrir su verdadera faz. Te consuelas a ti mismo diciendo “Siempre saludaba”, no lo podrías haber adivinado.

Algo similar está ocurriendo ahora con los negacionistas, especialmente con aquellos que están negando la existencia del Covid o la eficacia de las vacunas. El otro día tuve un encontronazo en redes con varios de ellos porque una militante anti vacunas con la que había tenido relación hace unos años se indignó al leer esta publicación en mi muro.

Gracias a la experiencia y a la opinión y buen consejo de muchos amigos opté por aplicar el método adecuado para estos menesteres: Bloquear y eliminar mensajes. Debatir con ellos es elevarlos a algún plano de legitimidad que ni merecen ni compensa el desgaste de energía que conlleva. Me costó lo mío no responderles que parecían todos pre seleccionados para el premio Darwin 2021, pero, honestamente, no merece la pena discutir con esta gente.

Leyendo lo que ponían los negacionistas en mi muro extraje que encajaban en los siguientes perfiles: Una madre que se niega a vacunarse, otra mujer que afirma con orgullo que ni ella ni nadie de su familia lo ha hecho ni lo hará, un tipo que me llama paleto por no estar bien informado, una antigua cantante que me llama nazi, y el que sostiene que cualquier postura es lícita. A esto le sumo que un amigo me contaba el otro día como un tipo al que aprecia de unos 50 años ha decidido no vacunarse convencido que eso es lo mejor para su salud. Debe haber muchos más. Parece que más del 70% de los que están en las UCIS de Andalucía son negacionistas.

¿Cuantos habrá al rededor nuestro? ¿Cuantos están actuando así?

A mí, cómo me he significado tanto, no se me acercan. No dan la cara. Lo agradezco.

Desde mi posición solo puedo seguir apoyando a la ciencia y a los sanitarios y seguiré enfrentándome públicamente contra todos estos seres que nos perjudican a todos, pero no lo haré debatiendo sino bloqueando.

Mientras seguiré mirando al rededor en mis redes y cuando descubra a algún conocido coqueteando con la Consparanioa, pensaré “¿Cómo puede ser? Si siempre saludaba”

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