¿Qué tal un viaje en el tiempo?
Los fans y colaboradores de EFEM somos de todo menos estáticos, y siempre andamos en desplazamientos conceptuales hacia delante y hacia atrás, e incluso a universos paralelos. Lo más habitual son los viajes con #EspañoñesPorElFuturo, gran serie en la que varios hemos metido baza, y con la que todos nos echamos unas risas e incluso nos hemos puesto nostálgicos. Rubén nos llevó a agosto 2153 y enero 2078, servidora a Francia al verano de 2009, Ana a 1995 a un pueblo de la provincia de Zaragoza (a mí este viaje me tuvo moñas varios días), y Rafa al fin del mundo. Al menos a nadie se le ha ocurrido ir a la época del destape ni a los estéticamente dañinos años ochenta y sus discotecas.

Cada uno tiene sus preferencias, claro está. Tanto en lo que respecta al método como en lo que respecta al destino.
Viajar todos juntos al medievo daría para varios posts, y sería genial perdernos en cada viaje como si hubiésemos entrado en un agujero de gusano.
Son los agujeros de gusano, por cierto, el medio predilecto de Rubén, así que lleva tiempo inmerso en el diseño de una nave especial avanzada. Los bocetos son espectaculares. Funciona acelerando uno de los extremos del agujero de gusano, que tiene Rubén en su salón, hasta velocidades cercanas a la de la luz, para generar la suficiente dilatación temporal.
Sin embargo, Rafa prefiere los cilindros rotatorios gigantescos, Ana los Vórtices de luz coherente, Águeda las cuerdas cósmicas (formadas de materia exótica especial), Zamba los núcleos atómicos pesados y Berenguer los entrelazamientos cuánticos. Los demás nos quedamos en un discreto segundo plano con la esperanza de que terminen sus investigaciones en lo que dura una vida humana.
Esperamos que algún día aparezca El Halcón Milenario para saltar al hiperespacio, subirnos al DeLorean y conocer a Copérnico, o entrar de forma accidental en la Tardis y ver el inicio del universo.
No nos preocupan ya las paradojas. Al principio esto era un tema peliagudo, pues no queríamos ni imaginar que Rafa pudiese acabar siendo su propio abuelo. Una vez puestos al día en retrocausalidad, haber digerido bien el principio de autoconsistencia de Novikok y sentir como nuestros el Universo de Gödel y sus líneas temporales curvadas alrededor de un círculo, esto dejó de importar.
De momento nos contentamos con los universos paralelos que se crean en los viajes que hacemos todos juntos.
Una serie:
Doctor Who En la última temporada el Doctor es mujer y hay varios episodios muy recomendables para mostrar a quienes no estén todavía muy concienciados con la crisis climática.

Un libro:
«Matadero Cinco» de Kurt Vonnegut. Os dejo este artículo de Jot Down. Muy recomendable. También tiene versión cómic. Vonnegut nos muestra una forma diferente de percibir el tiempo, no lineal, donde un evento sucedió, siempre ha sucedido y siempre sucederá, como un libro que puede ser abierto en cualquier página y ser leído y releído.

Una película:
Predestination, dirigida por los hermanos Spierig. Está basada en el relato corto «All You Zombies» de Robert A. Heinlein, que podéis leer en pdf aquí. Esta película me volvió loca. No cuento nada porque me parece imposible no haceros spoilers. Ya me contaréis si os animáis a verla. Brutal.

Una banda sonora:
La de Regreso al futuro. No necesita presentación.

AUDIOPÍLDORA
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